Depilarse está de moda. Un estudio realizado en habitantes de San Francisco (ver imagen) ha revelado los hábitos de depilación íntima en la población:
- Uno de cada cuatro varones deja crecer el vello de forma “salvaje”, mientras que el 57% se lo asea con tijera o máquina pero sin raparlo completamente. Solo unos pocos se lo afeitan completamente, o dan rienda suelta a su creatividad.
- En cambio las mujeres en general despejan su pubis, ya sea del todo (21%) o solo en parte (40%). Un todavía respetable 33% recurre a la técnica predominante entre los varones, el recorte para salir del paso, y solo un 6% dejan que la naturaleza siga su curso libremente.
Las casas comerciales de productos de estética fomentan la depilación íntima para vender sus productos argumentando ventajas como el aumento de la higiene, la comodidad, la estética, el incremento del atractivo sexual, o el hecho de que al eliminar el vello el pene parezca más grande.
Pero, ¿tiene peligros la depilación íntima? Un estudio publicado en la prestigiosa revista médica «British Medical Journal» alertó el año pasado de que la depilación púbica favorece las infecciones cutáneas, como el molluscum contagiosum, una enfermedad que se transmite por vía sexual. También se ha visto un incremento en la transmisión del HPV en individuos depilados.
Igual que el pelo de la cabeza sirve para evitar las quemaduras solares y los traumatismos, y el de las cejas y las pestañas para evitar golpes y motas en los ojos, el vello púbico sirve para evitar heridas, golpes e infecciones durante las relaciones sexuales. La recomendación de los dermatólogos (y venereólogos) es la de no depilarse completamente. Pero se admite recortar y depilar las zonas laterales, ya que son de menos rozamiento y no generan tanto riesgo.
Pues ya sabéis… Tunead un poquito vuestro pubis si queréis, pero ¡no del todo!
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